jueves, 29 de julio de 2010

MI CANCIÓN

Me hallé como aquella guitarra en aquel lejano concierto,
tocada por un artífice más de mi mundo,
compositor frustrado en la pieza de mi vida.
Aquella melodía que él intentaba hacer sonar
comenzaba como acaban todas las otras,
con una breve pero intensa apoteosis
para más tarde insospechadamente decaer
en un remanso monótono de notas.
Si quizás la decepción no recayó sobre el instrumento,
si se produjo un leve pero progresivo distanciamiento del músico,
o de su música, quien sabe.
Siempre le había gustado que la tocase lenta y cariñosamente,
cuidando cada cuerda de su esbelto cuerpo,
mimándola cada noche,
apartándola de cualquier telaraña nocturna
o murciélago imaginario,
oh, repugnante monotonía! por qué has tocado estas cuerdas.

No hay comentarios: