domingo, 28 de septiembre de 2014
Me duelen los tacones,
creo que tienen un bulto por donde se pisa o por donde giro la esquina,
mi rojo de labios me mira raro
y estoy segura de que mi rimmel me odia,
no sé si es porque no es suficientemente negro
o porque le jode que mis pestañas sean tan cortas,
intentaré satisfacer a mi ojo a través del espejo
a ver si les hace la pelota,
o iré a la farmacia y dejaré de comprarlos de oferta.
No sé si es la rebelión de mi ausente belleza
o simplemente que me hago vieja,
sólo sé que no soy una buena estratega y que estoy perdida,
como podré luchar contra las ofertas, las nuevas tendencias y mis tacones.
Pienso que hablaré de castración con mi zapatero,
olvidaré que el rojo me sienta bien
y dejaré que mis pestañas hagan desnudo integral,
no sé, lo mismo hasta me hago transparente por elección,
o quizás vuelva sobre mis pasos, me compre unos nuevos tacones,
más altos todavía...
vaya a la famarcia y queme esos rojos horribles,
le dea un ultimatum a mi rimmel amenazándolo
con dejar de tocar mis cortas pero hermosas pestañas,
mire en el espejo y decida que no hay nada malo en el.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)