pero el siguiente instante ya no tenía futuro,
dos instantes más tarde mi cabeza me felicitaba,
ahora, con mi culo bien preso a la vida
y mis pies en unos buenos tacones,
me da pena lo que fue y no añoro el 'podría',
no hay 'y sis' en mi mesa,
y dos pasos a la izquierda
de la puerta para fuera, me invitan largos caminos
para estrenar mis zapatos nuevos,
y aunque el perdón aún me sabe muy caro,
el querer aún es una hermosa palabra
que se ha quedado colgada en la pared de los trofeos,
los tuyos y los míos, algún día me olvidaré de mirarla.
amor, palabra, la cantidad sin calidad no vale de nada.