lunes, 10 de enero de 2011

Á fresca de xaneiro

te odié un instante por negarme mi futuro,
pero el siguiente instante ya no tenía futuro,
dos instantes más tarde mi cabeza me felicitaba,
ahora, con mi culo bien preso a la vida
y mis pies en unos buenos tacones,
me da pena lo que fue y no añoro el 'podría',
no hay 'y sis' en mi mesa,
y dos pasos a la izquierda
de la puerta para fuera, me invitan largos caminos
para estrenar mis zapatos nuevos,
y aunque el perdón aún me sabe muy caro,
el querer aún es una hermosa palabra
que se ha quedado colgada en la pared de los trofeos,
los tuyos y los míos, algún día me olvidaré de mirarla.
amor, palabra, la cantidad sin calidad no vale de nada.