viernes, 13 de agosto de 2010

tengo miedos en los ojos
descarrilando por las vías de mi lacrimal
en forma de lágrima parduzca y entrecortada.
sale humo de mis pequeñas orejas
a la espera de que los que están lejos
deduzcan el estado de ánimo de este tren.
llega con un poco de retraso
porque en la estación no lo espera nadie y
qué mas da!, no habrá viajeros que recoger, nunca más,
el revisor late despacio chequeando
cualquier fallo en el mecanismo, ya viejo y gastado
del corazón de la potente máquina
cada vez más negra y dura que al comienzo, cuando inició su camino.
'No hay billetes!' te dige, 'tendrás que esperar al próximo',
'ya no se vende destino a ninguna parte',
seguirás con tu nostálgica cadencia, entrañable y constante,
hasta ir apagándote de a poquito con los rieles puestos,
como los legendarios de la historia,
esa de la que en breve formarás parte.
y si lloras hazlo con cuidado,
que aún ayer te han pintado de tristeza.

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