caminaba la música a traspiés por cualquier ciudad,
de la mano de cualquier canción en cualquier voz de una calle cualquiera,
alegraba los pasos diarios de cualquier viandante anónimo en un día cualquiera de cualquier semana.
en cualquier momento la torre su una voz llegó hasta el cielo de una falta de perfección porque nadie la necesitaba para hacer y perseguir la belleza de lo imperfecto.
y sonó en la nada en la que se pierde cualquier desconido que no tiene necesidad de encontrarse porque ya se conoce desde siempre, y caminó hasta que se cansó de aquel sonido,y se sentó mientras se tomaba su tiempo para crear otro que lo hiciese tan feliz como el anterior pero perfecto para aquel nuevo momento, más tarde sería otro y mañana y todos los días siguientes tendrían el adecuado, y la felicidad no lo abandonaría porque no dejaría de crear.